misas tridentinas cerca de mi
La gente se protesta de esta misa tradicional pues no interpreta que prosiga celebrándose en una lengua que absolutamente nadie habla. Pero se deberían lamentar por el mero hecho de que al cura no se le comprenda nada.
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Opinión
La gente viste ropa formal y las mujeres llevan velo puesto. Afuera, la sirena de una ambulancia me recuerda que en el exterior domina el siglo XXI, que ahí está el vecindario La Soledad de Bogotá un sábado cualquiera por la tarde.
Es dificil encontrar misales de la misa tridentina en castellano para mi abuela quien no charla ingés. Esta edición es increíble, simple de leer, con traducciones de latín a español. De esta manera podré seguir la misa en latín y tengo las explicaciones en inglés.
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Si bien no en todos, en varios de estos ambientes se ha afianzado el rechazo al Concilio Vaticano II y se toman posiciones que en ciertos casos son prácticamente cismáticas. Se encuentra dentro de las decisiones más delicadas del Papa Francisco, ya que si el Vaticano no enseña bien los la motivación, levantará ampollas en sectores católicos tradicionalistas. La clave es que el Papa la ha considerado que se requiere para recortar de raíz divisiones en la Iglesia católica.
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El Papa ha limitado la celebración de misas en latín por el rito antiguo preconciliar -la conocida como misa tridentina-, al imponer que para festejar la eucaristía según este rito se necesita el permiso del obispo y prohibir que se realice en las parroquias. De esta manera lo ha decidido por medio de la publicación del motu proprio \’Summorum Pontificum\’ este viernes 16 de julio. El rito de la misa tridentina -celebrada según el rito de roma de la Iglesia católica como señalan las prescripciones y rúbricas de las consecutivas ediciones del misal romano promulgadas entre 1570 y se celebra en latín eclesiástico y fue la forma ritual dominante en el catolicismo durante cuatro siglos.
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- Regresa el llamado rito tradicional, llamativo por la presencia del sacerdote de espaldas a la multitud, de cara al altar, como ocurría antes del concilio Vaticano II. Este género de celebraciones aceptadas con normalidad por Roma han vuelto a recuperarse en la localidad, superando de esta manera sus celebrantes una exclusiva adversidad.
En el interior de la iglesia, durante la celebración, reina un recogimiento que impresiona. La actitud de la veintena de leales que forman parte en la celebración le deja a uno viajar a través del pasado. En realidad, a Oriente, aprovechando la posición del templo, en el que las figuras de sus capitales parecen recobrar su significado original -y, por consiguiente, la vocación de llevar a cabo reflexionar al hombre sobre el bien y el mal, caminos tan distintas- en medio de una solemnidad que sorprende. Varios ámbitos tradicionalistas transformaron la recuperación de la misa tridentina en bandera de sus protestas contra otros cambios que supuso el Concilio Vaticano II, como la libertad religiosa, el ecumenismo o la corresponsabilidad de los laicos. Se dejó de utilizar oficialmente en 1969, en el momento en que Pablo VI la sustituyó con el rito actual de la misa. El rito actual puede festejarse en el idioma de los participantes y en voz alta, y tiene mayor pluralidad de lecturas.
La Asociación Una Voce, apunta además de esto su presidente coruñés, no solo quiere prolongar el uso del ritual de San Pío V, sino en general «toda la cultura gregoriana», con especial atención, asimismo, al canto coral. Una cuestión, esta, donde también insistía el domingo en Oza o Juan Manuel Rodríguez, presidente de Una Voce en Sevilla, defensor de la solemnidad de la liturgia tridentina, «con todos mirando hacia Dios». E idéntica opinión mantiene Carlos, brigantino, estudiante de Derecho y discípulo habitual de Ardá, para quien este rito torna posible sentir a Dios más cerca.
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