la iglesia comunidad cristiana
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La mayoría de esos valores han nacido del humus cultural católico aunque, paradójicamente, su implantación en Europa se hizo, casi siempre, en un tiempo de hostilidad a la Iglesia y también -¿por qué razón no decirlo? De un modo colectivo prosiguieron el camino del Profesor y “fueron azotados en las sinagogas”. Ellos fueron los primeros en llevar a cabo realidad las bienaventuranzas. Desde ese momento, en cada generación, se repite la desaparición y la resurrección del Señor. El Papa Juan Pablo II ha recordado al planeta, con ocasión del Jubileo del 2.000, que sólo en el siglo XX han sufrido el exterminio con motivo de su fe un número de beatos mártires que supera al de los 19 siglos precedentes. A personas que deseen compartir su fe cristiana en comunidad, y tengan un deseo de crecimiento espiritual.
Crear un servicio de capacitación persistente de los voluntarios de Cáritas que ya comenzará a marchar este año. La clave para la humanización de todo el mundo que es lo que pretendemos está en promover la cultura de la gratuidad y de la solidaridad. En consecuencia uno de los mayores retos que se nos sugieren en el futuro inmediato es el de acompañar a la raza humana en la búsqueda de un nuevo modelo económico y social, capaz de hacer red social y hacer posible la justicia, la libertad y la paz. El reto de apostar de forma eficiente por un desarrollo integral que no se mida únicamente en términos económicos que contemple dimensiones más extensas y profundas, como el desarrollo intelectual, ético, popular y asimismo espiritual y religioso. No debemos olvidar que la vida se constituye de pequeños datos y con pequeños datos se puede transformar y cambiar el planeta. 1.7.-Necesitamos un amor inteligente, iluminado por la Verdad y por la mediación de las ciencias sociales.
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Basada en la espiritualidad ignaciana, intenta ayudar a sus integrantes a vivir la fe cristiana con mayor plenitud, potenciar la educación de sus hijos en esa fe y a ofrecer testimonio en el planeta del mensaje católico, en compromiso con el servicio a la Iglesia y a el resto. Tomar conciencia en frente de un planeta individualista y egoísta que la tarea primordial del hombre es hacerse en comunidad.
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El hombre no es un ser cerrado como un círculo, sino abierto como un ángulo. La enorme tentación de nuestro tiempo es la perdida del sentido comunitario. Esto lleva consigo trabajar para realizar medrar la cultura de la austeridad –solidaria que es una manera muy verdadera de ser solidario, contentándose con un nivel de vida digno, entregando lo sobrante a fin de que otros sencillamente puedan vivir con dignidad. De esta necesidad de un orden en la administración de la caridad surge una organización como Cáritas que no es un brazo de la Iglesia ni una entidad que, por concesión eclesiástica se dedica a entrenar la caridad. Por eso, el presidente nato de la Cáritas Diocesana es el obispo y él es el primer responsable de la acción dadivosa diocesana, él mismo que la encabeza en la fe y en el culto, la preside en la caridad. Y el presidente nato de una Cáritas parroquial es el párroco, el mismo que preside a la comunidad en el anuncio de la fe y en la celebración de la fe.
la iglesia comunidad cristiana
Hay diversidad de carismas otorgados por Dios para el bien común y no todos podemos ejercerlos todos, como tantas veces dice San Pablo en sus cartas, sino que cada uno de ellos debe actuar el de el para el bien de todos. Pero ha de ser común a todos y cada uno de los cristianos vivir y manifestar el cariño, las entrañas de misericordia-según dice María en el Magnificat- que Dios tiene hacia los pobres, tal como Jesús de Nazaret tan singularmente nos encomendó a sus discípulos.
Lo primero que nos comunica “Cáritas in veritate” es que el cariño –la caridad- consigue su verdadera vocación y dimensión cuando está alumbrada por la realidad. Requerimos una caridad con fundamento, edificada sobre roca, no sobre arena movediza de nuestros sentimientos, y este fundamento es la verdad. Pero necesitamos asimismo el concurso de todos y cada uno de los saberes humanos-económicos, sociales, antropológicos, culturales, espirituales- y que los distintos ámbitos del saber humano sean interactivos. La caridad no excluye el saber, mucho más bien lo pide, lo fomenta y lo anima desde dentro. Sin el saber el llevar a cabo es ciego, y el saber es estéril sin el cariño. Por eso, a la espontaneidad del sujeto debe añadirse asimismo la programación, la previsión, la colaboración con otras instituciones.
- Pero ha de ser común a todos los cristianos vivir y manifestar el cariño, las supones de misericordia-según afirma María en el Magnificat- que Dios tiene hacia los pobres, como Jesús de Nazaret tan en especial nos confió a sus acólitos.
- La mayoría de esos valores han nacido del humus cultural católico si bien, paradójicamente, su implantación en Europa se ha realizado, casi siempre, en un tiempo de hostilidad a la Iglesia y asimismo -¿por qué no decirlo?
- Dios nos puede querer incondicionalmente, pero nosotros como somos libres y con aptitud de resolución,- somos los únicos seres en el cosmos que disponemos aptitud de resolución-, y con esta capacidad que tenemos tenemos la posibilidad de decir si o no al amor de Dios, podemos corresponder al amor de Dios o no.
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Y esto no solo por causas de efectividad-que asimismo- sino más bien por causas de comunión eclesial, pues solo de este modo la acción dadivosa y social de la Iglesia será significativa y expresión social del amor preferencial por los pobres y del rostro samaritano de la Iglesia. Hay una iniciativa sembrada difusamente, prácticamente pulverizada como un spray, que se da por supuesta y sobreentendida, en la vida pública de nuestro planeta occidental. Este portal web usa tecnologías de seguimiento de otros para otorgar y prosperar de manera continua nuestros servicios, y mostrarle avisos de acuerdo a sus intereses. Estoy conforme y sé que puedo anular mi consentimiento o cambiar las configuraciones del mismo cualquier ocasión. Vivir la fe en Jesús en nuestra vida personal y familiar, fomentando compartir la fe en familia. Y llegado el instante de PASAR de esta, vida terrenal A LOS BRAZOS amorosos del PADRE, la Comunidad también debe hacerse presente para compartir el dolor y alentar la promesa. Y como cristianos, asociamos esas despedidas a la Muerte y Resurrección de Jesucristo.
