catedral del vaticano
La Capilla Sixtina, en cambio, sí forma una parte del recorrido de los Museos Vaticanos, y no hay otro modo de entrar en ella que accediendo a los Museos y pagando la entrada. Llamado «Tesoro di San Pietro», se accede desde el interior de la Basílica (punto n.16 del chato). Tiene dentro utensilios litúrgicos y elementos históricos de la antigua Basílica. Son elementos de enorme valor histórico-artístico, pero quizás menos atrayentes desde el punto de vista turístico. La entrada a las cuevas vaticanas está en la basílica.
Es la primera que incluye un esqueleto, lo que le da un aire tétrico, y se convirtió en norma. La parada de metro mucho más próxima es Ottaviano/San Pietro, a menos de un quilómetro a pie.
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La bóveda de la Basílica del Vaticano, con su estructura de pechinas, tambor y linterna, se convirtió en el modelo de cúpula en la arquitectura occidental. Tenemos la posibilidad de verlo en la Catedral de San Pablo en Londres, en le Panteón de París o en edificios civiles, como el Congreso de los EE.UU. La cúpula se alza majestuosa sobre el transepto de la Catedral, la transición entre el espacio cuadrado que generan las dos naves y el circular del tambor se soluciona a través de pechinas. Los nervios de la bóveda se apoyan en una seria de 16 contrafuertes en el tambor, que a su vez, descansan en una especie de zócalo. Los contrafuertes están camuflados por columnas pareadas de capiteles corintios, entre cada uno de ellos se abren ventanas coronadas por frontones que alternan formas triangulares y curvas. El tambor realza la altura de la bóveda y deja, a través de las ventanas, la iluminación de la zona del altar.
La entrada a la basílica es gratis, y podría haber largas colas de acceso, pues hay que pasar por los puestos de control, pero suelen ir muy rápido. A poca distancia de la Basílica de San Pedro se encuentran los Museos de Vaticano que son entre las primordiales atracciones turísticas de Roma. En su interior están miles de maravillas artísticas agarradas a través de los años por la Iglesia Católica a lo largo de mucho más de cinco siglos. Sobre el emprendimiento de Miguel Ángel introdujeron modificación, reduciendo la curvatura de la bóveda para aligerar peso y ganar altura. La bóveda termina en un templete o linterna, con parejas de columnas en el final de cada nervio. Corona la estructura, terminada en 1603, una esfera de bronce y una cruz. Si te unes a un tour guiado, recorrerás la Basílica en una hora aproximadamente.
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Michelangelo reforzó la estructura ya que el eje de su iniciativa era la erección de una imponente cúpula peraltada, sobre un importante tambor, que se elevaría bastante mucho más que la iniciativa original de Bramante. La Cúpula de San Pedro marca el lugar mucho más sagrado de Roma, la tumba de San Pedro, cuya presencia además justifica la preeminencia del Papa y de la región sobre el conjunto de la cristiandad. Todas y cada una de las remodelaciones que de la región y la basílica se hicieron a lo largo del Renacimiento y a lo largo del Barroco pretendían reforzar esa iniciativa, siendo la basílica, y de manera especial su cúpula, su plasmación arquitectónica de ese poder. Es bastante difícil que te encuentres fortuitamente con el Papa en la Basílica. Sus horarios de misas y audiencias públicas son bastante estrictos y nunca está espontáneamente en la Basílica salvo que haya alguna misa especial, como la Misa del Gallo o las de Pascua. Algo que me impresionó singularmente de este sepulcro, aparte de lograr una teatralidad espléndida, es el régimen escultórico de la mortaja.
Seguramente has oído que la Basílica de San Pedro está construida sobre la tumba del primer Papa, pero no solo su tumba. En las cercanías, había un circo romano –en época de Nerón y de Calígula– en el que muchos cristianos hallaron la muerte. Sus cuerpos sepultados brindaron sitio a la primera necrópolis cristiana. Así que la basílica está sobre cientos de mártires de la temporada romana y sí, según la tradición, asimismo sobre exactamente el mismo San Pedro. En concreto, nueve metros sobre ellos y tres metros sobre los Papas sepultados en la cripta papal. Si piensas en visitar los Museos Vaticanos, andas de suerte. La salida de los museos es por la basílica y, el mismo guía que te ha acompañado, te va a contar una parte de la historia de San Pedro.
Ese destrozo le valió la creación de la frase “Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini”, “Lo que no hicieron los salvajes, lo han hecho los Barberini”. Echa un vistazo a nuestra ruta por Roma en 3 días o a nuestros 2 días en Roma para llenar tu viaje. Además de esto, no olvides leer nuestros consejos para viajar a Roma –que hay cosas que es preferible saber antes de llegar– y los consejos para viajar a Italia. Y, pásate por nuestro producto con nuestros inmuebles religiosos favoritos para conocer el resto. Que uno de los iconos mucho más conocidos de Roma, y de toda Italia, esté en otro país es algo, cuanto menos, curioso. Y sucede que, para conocer la Basílica de San Pedro, la primera cosa que tendrás que hacer es salir de Italia y ingresar en Ciudad del Vaticano.
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- La entrada son 5 € para adultos y 3 € para pequeños de hasta 12 años.
- En su interior se encuentran una cantidad enorme de obras de arte agarradas a través de los años por la Iglesia Católica a lo largo de mucho más de cinco siglos.