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Una costumbre, que de a poco ha ido desapareciendo de la semana santa de Pozoblanco, consistía en acompañar tras la imagen de nuestro Padre Jesús Nazareno con la mortaja en la mano, la gente que habían estado en riesgo de muerte. Terminada la procesión, aquellas personas donaban sus mortajas al hospital y las religiosas solían emplearlas para vestir a los pobres allí acogidos.
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Aun los había a los que asistían sacerdotes y parroquias de los pueblos vecinos, y en el momento en que era un caso excepcional, como fue en Pozoblanco el entierro del senador Andrés Peralbo, asistieron todos y cada uno de los carmelitas del convento de Hinojosa del Duque. Me encantaria ver una misa gospel, y me dijeron que hay iglesias que las hacen entre semana . En mayo de 2013 abría sus puertas en el vecindario de Canillas la Iglesia de Santa María de Magdalena, el segundo templo ortodoxo de la capital tras la Catedral Ortodoxa griega de los Beatos Andrés y Demetrio, puesta en marcha cuatro décadas antes. Efectuado en estilo bizantino, el edificio atrae la atención de quienes pasean por la Enorme Vía de Hortaleza con sus cinco domos o cúpulas doradas, que representan a Cristo y los 4 evangelistas, y su llamativa estética blanca, que recuerda a la arquitectura de los pueblos del sur de España. La pieza estrella de su interior, mucho más sobrio, es la pintura de Santa María Magdalena, de la que toma nombre la parroquia, custodiada en los siglos XVIII y XIX por la capilla de la embajada rusa, hasta su exilio a Argentina tras la separación de relaciones con la iglesia rusa a finales del XIX.
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Mientras que los pobres escogían la tierra, el suelo, en un cuadro de tierra donde se excavaba la sepultura. Para señalarla en el suelo, se alzaba una pared de unos diez centímetros de altura y se le ponía una lápida de mármol blanco o piedra de granito y de pizarra.
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Es aconsejable llevar leída la vida del Santurrón para entender mejor las escenas allí contadas. Aquí estuvo desde 1594 el hospital de Nuestra Señora de La Concepción y de la Buena Dicha, que atendía a los enfermos pobres de la villa. Este hospital tenía su iglesia y un pequeño cementerio, el de La Buena Esa. A lo largo del Levantamiento del 2 de mayo de 1808 se atendieron a los heridos y se sepultaron a muchas de sus víctimas, como Manuela Malasaña y Clara del Rey. En el momento en que se derribaron hospital y cementerio, los cuerpos se trasladaron al Cementerio de La Florida, donde siguen hasta hoy. Ahora bien, es una excursión que también puedes llevar a cabo por tu cuenta, tal como eligen realizar muchos turistas que los domingos se desplazan albarrio de Harlempara asistir a estas ceremonias religiosas.
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Una de las prácticas más usuales entre personas devotas era enviar celebrar unas misas gregorianas, que consisten en festejar consecutivas y sin interrupción treinta misas por su alma en honor a san Gregorio . El enterrador es un personaje en la nómina municipal desde el pasado siglo, pues antes de construirse los cementerios ese trabajo lo hacía el muñidor de la cofradía de almas, ya que a ella correspondía todo lo concerniente a lo material y espiritual del sepelio. Generalmente la costumbre ha predeterminado que esto corresponda a la madrina de la persona más perjudicada. La comida la prepara en su casa y luego la lleva adonde está el duelo para servirla. En otras ocasiones puede hacerse en exactamente la misma casa del difunto y donde se encuentra el velatorio, pero siempre y en todo momento a cargo tanto económico como de trabajo de la madrina. Empieza un desfile hacia la casa del difunto, familiares, vecinos y amigos para testimoniar a la familia débil su hondo pesar por tal acontecimiento. Llevar a cabo la mortaja es una costumbre que consiste en que hay personas que, estando en plenas facultades y aún muy lejanas del día de su muerte, preparan todas y cada una de las cosas necesarias para su mortaja, expresando de esta forma la forma y modo como quieren ir vestidas en el día de su óbito.
En los tiempos más modernos no se pone la radio ni la televisión, pues el término que bastante gente tienen de estos fenómenos de masas es mucho más algo lúdico que formativo. Durante esta temporada de luto no recibía la novia a su novio en la puerta, sino que iba a casa de una familiar y allí festejaba su entrevista. Hasta tiempos muy recientes han utilizado los mantos largos, siendo el pueblo de Añora el último en dejarlos. Parecían genuinas dolorosas, pues el manto asimismo les cubría la cabeza. Cuando la desaparición se presentaba sin previo aviso, de manera repentina, dados los pocos adelantos en tiempos pasados, acostumbraban a hacerse grandes candelas para hervir unas calderas de cobre, utilizadas para calentar agua en las matanzas hogareñas.
Otras más pobres aún no tenían no lápida, sino una cruz de madera o de hierro. Los vecinos de la casa mortuoria llevan y aportan sus sillas ante la aglomeración de personas que llegan para dar el pésame y acompañar en el mal a los dolientes. Las campanas se han encargado de trasmitir al vecindario la noticia del fallecimiento de un vecino, que termina de dar su alma al Señor, pero las campanas no han pronunciado su nombre. Esa es el interrogante que corre de casa en casa, en el mercado matinal entre las mujeres, en la taberna donde están los hombres. Para realizar todos estos requisitos, la familia doliente le entregaba una cantidad a cuenta y después, una vez finalizados todos los servicios, se hacían cuentas a través de los oportunos justificantes presentados.
- Aquí tienes asimismo la opción alternativa del tour privado por Harlem con misa Gospel, ideal para grupos familiares o de amigos.
- Elaborados por pintores como Juan Carreño de Miranda, Francisco de Ricci o Luca Giordano, los frescos de la iglesia cuentan diferentes pasajes de la vida y milagros de San Antonio de Padua, santurrón a la que se dedicó en sus orígenes.