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El viejo Código de derecho canónico sancionaba a quien se quitaba la vida con la negación de la sepultura eclesiástica. En concreto, a Manuel Muñoz, jubilado que desempeñó muchos años el trabajo de sacristán en Dos Torres. En una palabra, hablamos de crear un espacio específico, no confesional, diferente del rincón donde sucede la desaparición, para crear un espacio social, acompañando al fallecido hasta el momento de su enterramiento. Las instalaciones de estos centros tienen sus enormes preparativos de frigos donde se introducen los cadáveres, hasta el momento de sacarlos para el entierro. Esto hizo que los últimos sacramentos sean administrados, mucho más que por los respectivos párrocos, por los capellanes de centros de salud y residencias sanitarias. Hay una corriente de secularización muy penetrante en la sociedad que ha hecho que muchos de estos aspectos que estuvimos viviendo a lo largo de muchos siglos, en un transcurso corto comparativamente comentando, se han venido abajo.
Desarrollada en granito, la lápida incluye la piedra caliza original que señalaba su sepultura en el cementerio de Burdeos, ciudad francesa en la que murió y fue originalmente enterrado el artista hasta su exhumación y repatriación a España. Con el objetivo preservar la conservación de los frescos, en 1929 la iglesia trasladó el culto a la ermita gemela construida junto a ella, dejando el edificio original como museo. Su fachada fácil y sobria, efectuada en ladrillo, poco hace presagiar que su interior logre acoger la que es popularmente conocida como la \’Capilla Sixtina de La capital de españa\’. Totalmente pintada al fresco, la Iglesia de San Antonio de los Alemanes forma parte del conjunto hospitalario fundado por Felipe III a principios del siglo XVII para atender a enfermos y peregrinos portugueses de paso por La capital española.
Santoral
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Todos cada domingo y fiestas de almacenar se festejaba por los difuntos la misa de madrugada; y a las once, en Santa Catalina; una misa todos cada domingo y días de almacenar en San Bartolomé, en San Sebastián y en Santa Marta. Esta persona era la encargada de avisar por los domicilios particulares de cuantos fallecimientos ocurrían en la localidad, así como los días, horas y sitio en que se festejaba el entierro y posteriormente la misa de los nueve días, del mes y del año. Para realizar este cometido, la familia débil entregaba una lista con los nombres y domicilios de sus familiares y amistades. En Dos Torres, desde fechas inmemoriales, todos los días 24 de diciembre, es tradicional ir en grupos, casa por casa, tras ponerse el sol, haciendo petición para las ánimas, con la intención de que todo lo recogido logre ser usado en sufragios por las benditas almas del purgatorio.
Vida Sana
Quizá su parte mucho más leal al emprendimiento original y la menos sujeta a polémica en cuanto a belleza sea la Cripta, concluida en 1911, cuyo altar mayor está encabezado por una copia de la Virgen de la Almudena. Algunos de estos nombres nos los ha proporcionado Antonio García Redondo, quien transporta sirviendo a la parroquia de Santa Catalina más de medio siglo sin pausas, y el papa Juan Pablo II lo ha condecorado con la medalla Benemerenti. La reforma litúrgica propiciada por el concilio Vaticano II ha cambiado no solo el nombre, para sacarle todas sus connotaciones alusivas al momento radical de la vida humana, sino que también se puede recibir este sacramento sin que haya inminencia de muerte. No cambió sólamente lo que hace referencia a lo espiritual o espiritual, sino más bien asimismo esto ha transmutado completamente las prácticas que, durante siglos, veníamos haciendo en torno a la desaparición de los conocidos cercanos. De ahí que, al piedad filial nos transporta a sugerir sufragios por nuestros difuntos, además de los propios del día de la sepultura y de los que posteriormente hemos hablado que están establecidos como regla frecuente. La vivienda del difunto quedaba marcada durante extendida temporada por la austeridad, de tal manera que no se barría la puerta ni se blanqueaban sus paredes con ocasión de las fiestas, ni se ponían flores en la testera.
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En los entierros de personas de relieve sobran las cintas que toman personas de importancia en la sociedad específica y a mucho más cintas más esencial y mucho más dolidos de la sociedad a la que pertenecía el difunto. La culinaria de estas situaciones radica esencialmente en un caldo con yemas de huevo y, a ciertas horas del día o de la noche, des de café como estimulante para poder sobrellevar y mantener despiertos y de pie a lo largo del tiempo que dure el duelo. Por las mañanas y formando parte del desayuno tiende a ser chocolate con picatostes o churros o unas magdalenas o bizcochos. Como queda dicho, los familiares más allegados no se separan prácticamente del rincón correspondiente para recibir las muestras de mal, y esto causa que ese día, mientras que está de cuerpo presente, no tengan tiempo de elaborar la comida. Por eso haya surgido la costumbre inmemorial de que los mucho más allegados a los familiares sean los responsables de llevar a cabo este menester. Un termómetro a fin de que la sociedad vea y aprecie el cariño que tenían los dolientes al difunto lo da la cantidad de lágrimas que estas personas arrojen durante el velatorio.
- Allí puede visitarse su sepulcro, al lado del de Fernando VI, que moriría un año después que su mujer, pasando a ser parte de la corta lista de monarcas españoles enterrados fuera de El Escorial.
- Realizar la mortaja es una práctica que consiste en que hay personas que, estando en plenas facultades y aún muy lejanas del día de su muerte, preparan todas las cosas necesarias para su mortaja, expresando de este modo la forma y modo como quieren ir vestidas en el día de su óbito.
- El número de sufragios y de misas también se encontraba en proporción directa al dinero de la familia y a la religiosidad profesada por ésta.
En varias etnias, tiene una capital importancia, como pasa en la egipcia; y en todas y cada una, si bien no llegue a estar tan radicada, hace aparición y sobrevive. ¿Por qué razón está totalmente cubierta de pinturas al fresco que más bien semeja un local de grafiteros que una iglesia? Pues era mucho más barato adornar con pintura que vestirla con santos. Juan Carreño de Miranda y el muy madrileño Francisco Rizi fueron los artistas.
En ocasiones, si se tenía noticia de la inminencia de la muerte de algún ciudadano, el sonido asegura los temores. En todos y cada uno de los pueblos de la comarca, existía una persona encargada de realizar estos menesteres, siempre que acontecía la muerte. Son instantes en que la familia del difunto está nerviosa y para empujarlos a desenvolverse estaban estas mujeres. Antes se habían movido a la vivienda del enfermo personas de la cofradía del Muy santo Sacramento, o de la Adoración Nocturna, o de las Charlas de San Vicente de Paúl, para preparar en ella un altar. En la parroquia existía un campanillo que señalaba a toda la vecindad que se iba a dirigir su divina Majestad y, acompañados de los cofrades del Muy santo Sacramento, con faroles encendidos, se formaba una procesión, que la encabezaba un monaguillo tocando una campanilla. El sacerdote iba cubierto con el «paño de hombros» envolviendo el portaviáticos . Siempre ha sido costumbre y un deseo ferviente, tanto por la parte de quien muere como de sus deudos, que la muerte pase en la propia casa, y así poder «rematar a los seres queridos».